Definiciones de la contaminación atmosférica

La calidad del aire viene determinada por la presencia en la atmósfera de sustancias contaminantes, definiendo éstas como toda sustancia que al ser introducida directa o indirectamente en la atmósfera puede causar efectos nocivos sobre la salud humana o el Medio Ambiente.

En función de su origen los contaminantes se pueden clasificar en primarios y secundarios. Los contaminantes primarios son aquellas sustancias que son vertidas directamente a la atmósfera por fuentes emisoras tales como vehículos motorizados o procesos industriales, como son el monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) o los óxidos de azufre (SOx). Estos contaminantes primarios pueden sufrir transformaciones por reacciones físicas y/o químicas en el seno de la atmósfera, dando lugar a los contaminantes secundarios, como son ozono (O3) o los nitratos de peroxiacilo (PAN).

Independientemente de los efectos nocivos que cada contaminante tiene por su propia naturaleza química sobre el Medio Ambiente, estos generan problemas a escala global como son el efecto invernadero, la acidificación del medio, el smog fotoquímico y la destrucción de la capa de ozono.

Además, en lo que respecta a la afección directa a la ciudadanía, puede conllevar diferentes grados de problemas para la salud que van desde dolores de cabeza o irritación de las mucosas hasta problemas graves de respiración o de forma extrema problemas neurológicos.

Por todo lo comentado anteriormente desde hace décadas se están llevando a cabo políticas internacionales para disminuir las concentraciones de contaminantes atmosféricos a escala global, prohibiendo una serie de compuestos o limitando las concentraciones de emisión o inmisión de muchos otros.

Debido a que los contaminantes no entienden de fronteras es importante la coordinación entre todas las administraciones, ya sea a escala europea, estatal, autonómica o incluso local, para conseguir los objetivos fijados. La legislación actual en materia de calidad atmosférica viene definida por la Ley 102/2011 del 28 de enero, que a su vez incorpora al derecho nacional la Directiva 2008/50/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 21 de mayo, relativa a la calidad del aire ambiente y a una atmósfera más limpia en Europa. En dicha Ley aparecen los valores objetivo a largo plazo y los valores límite que no deben sobrepasarse para evitar afección tanto a las personas como a la naturaleza. En caso de sobrepasar dichos valores se deberán tomar las medidas oportunas para conseguir disminuirlos.

En lo que respecta a la Comunitat Valenciana es el Centro de Control de la Calidad del Aire (Conselleria d’Agricultura, Medi Ambient, Canvi Climàtic i Desenvolupament Rural) el que se encarga de las competencias transferidas por parte del Estado, además también planifica el desarrollo de la Red Valenciana de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica, realizando mediciones e informando a la ciudadanía en caso necesario.